La actual crisis sanitaria por COVID-19 tiene una evolución aún incierta en el mundo, y los desafíos en materias de seguridad y salud en el trabajo sin duda serán más exigentes e irán en incremento.
La pandemia ha relevado la importancia de la sala de clases como un lugar imprescindible para el logro de aprendizajes, el desarrollo socioemocional y la equidad.
Diversos estudios concluyen que existen efectos negativos en el corto y en el largo plazo, entre los cuales se encuentra un peor desempeño académico, e identifican la inasistencia a clases como un factor perjudicial en los resultados académicos del estudiante, en rezago escolar e ingreso a educación superior.
El riesgo de deserción escolar se ha visto aumentado producto de la interrupción de clases presenciales: la falta de la experiencia escolar presencial constituye un factor relevante que perjudica no solo los aprendizajes, sino el grado de conexión, vínculo y sentido de pertenencia del estudiante con sus compañeros, profesores y la comunidad escolar en general.
Por lo anterior, existen 5 principios que deben orientan el proceso de apertura de las escuelas 2021:
- Conformar la Escuela como un espacio protector
- Resguardar el bienestar socioemocional de la comunidad educativa
- Recuperar los aprendizajes
- Promover la seguridad
- Adaptarse ágilmente a los cambios
En este contexto, nuestro establecimiento, se plantea el desafío de este retorno progresivo y para ello propone los siguientes protocolos: